El programa de becas del Fondo de Iniciativa Académica Alemana Albert Einstein para Refugiados ( en alemán : Deutsche Akademische Flüchtlings Initiative Albert Einstein o DAFI ) ofrece a los estudiantes refugiados la posibilidad de cursar estudios universitarios en su país de asilo. Gracias al apoyo del Gobierno alemán y de otros donantes privados, el ACNUR ha podido ayudar a más de 9.300 jóvenes refugiados desde 1992. [1]
El mandato del ACNUR es brindar protección y encontrar soluciones para los refugiados , solicitantes de asilo , apátridas y otras personas de interés. Para ello, el ACNUR considera prioritario promover y apoyar el acceso de los refugiados a la educación en los sistemas y programas educativos nacionales a todos los niveles, incluida la educación superior. Uno de los objetivos clave de la estrategia del ACNUR es “mejorar el acceso de los jóvenes a las oportunidades de educación superior” aumentando el acceso a los programas de educación superior en colegios, universidades e instituciones postsecundarias técnicas, vocacionales y paraprofesionales, que conduzcan a la obtención de certificados y diplomas. [2]
La educación superior desempeña un papel central en la protección de los jóvenes refugiados y en la preparación de ellos y de sus comunidades para alcanzar soluciones sostenibles en diversas situaciones de desplazamiento forzado en todo el mundo. También fomenta el desarrollo de habilidades que contribuyen a la reconstrucción posterior a los conflictos, promueve la igualdad social, económica y de género y empodera a las comunidades de refugiados. Forja una generación de futuros agentes de cambio que pueden tomar la iniciativa en la identificación y el acceso a soluciones para los refugiados. La educación ofrece a los jóvenes refugiados y a sus familias una oportunidad de aumentar su autosuficiencia mediante la adquisición de conocimientos y habilidades y, posteriormente, de conseguir un empleo remunerado. La esperanza de participar en la educación superior contribuye a una mayor matriculación y retención en la escuela primaria y secundaria, lo que refuerza la protección de los niños y el bienestar de los refugiados y las comunidades de acogida. Sin embargo, a nivel mundial, solo menos del 1% de los refugiados que reúnen los requisitos tienen acceso a la educación superior, en comparación con el 34% en todo el mundo. [3]
Los cambios recientes en el entorno de políticas mundiales para la educación en situaciones de emergencia y crisis han permitido avances importantes. En 2015, los Estados se comprometieron con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4), cuyo objetivo es garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos. La agenda del ODS 4 articula un compromiso de apoyar a las personas y los países afectados por conflictos y se compromete explícitamente con la educación para los refugiados y las poblaciones desplazadas internamente (PDI), incluido el acceso a la educación superior.
Más recientemente, la Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes, adoptada por los 193 Estados Miembros en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 19 de septiembre de 2016, marcó un hito en la solidaridad mundial con los refugiados y, principalmente, con los países en desarrollo que los acogen. En particular, la Declaración de Nueva York y el establecimiento del Marco Integral de Respuesta para los Refugiados (CRRF, por sus siglas en inglés) han brindado a la comunidad mundial una nueva oportunidad de influir positivamente en la protección y las soluciones para los refugiados, y de centrarse en el importante papel que desempeña la educación a través de un enfoque inclusivo y de colaboración.
Para promover vías hacia soluciones duraderas para los refugiados, el ACNUR y sus socios se centran en las siguientes áreas en el campo de la educación superior:
El programa DAFI ofrece becas a refugiados en su primer país de asilo durante un período de cuatro años. Las becas cubren una amplia gama de costos, desde tasas de matrícula y materiales de estudio hasta comida, transporte, alojamiento y otras asignaciones. Entre los recursos adicionales disponibles para los estudiantes de DAFI se encuentran un seguimiento cercano, clases de preparación académica y de idiomas según las necesidades de los estudiantes, así como actividades que fomentan el apoyo entre pares. [1]
La calidad y el éxito del programa DAFI se basan en parte en un minucioso proceso de selección que no solo tiene en cuenta el alto rendimiento académico, sino que también tiene en cuenta criterios de vulnerabilidad, la motivación de los estudiantes y su compromiso con la comunidad. Este proceso garantiza un grupo de becarios DAFI diverso, inclusivo y altamente motivado.
Las prioridades estratégicas del programa DAFI son:
Número de estudiantes: 2.321 estudiantes - 42% mujeres, 58% hombres
Países de estudio: Estudiantes de DAFI matriculados en 40 países.
Países de origen: Los refugiados becados por DAFI proceden de 33 países.
Principales materias de estudio: Comercio y Administración de Empresas, Medicina y Ciencias Relacionadas con la Salud, Ciencias Sociales y del Comportamiento, Ingeniería, Ciencias de la Educación y Formación Docente.
Los 5 principales países de estudio: Etiopía, República Islámica de Irán, Uganda, Kenia, Pakistán.
Principales 5 países de origen: Afganistán, Somalia, República Árabe Siria, RD del Congo, Sudán.
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