Se denomina cuarto oscuro a ciertas salas de algunos locales públicos (discotecas, saunas o bares, especialmente los destinados a un público gay)[1] en las que, con una iluminación muy baja o nula, los clientes mantienen encuentros sexuales de forma anónima con desconocidos.
Esta acepción no está recogida en el Diccionario de la Real Academia Española, pero su uso es muy frecuente y aparece registrada en textos sanitarios oficiales,[1] obras lexicográficas,[2] literarias,[3] o periodísticas.
Los primeros cuartos oscuros (darkrooms o backrooms en inglés) aparecieron en Estados Unidos en los años 60, en locales, sobre todo bares, destinados a un público homosexual.
[6] La condena religiosa y social a las relaciones homosexuales explica la aparición de estos lugares donde se conseguían encuentros eróticos rápidos y generalmente anónimos en un ambiente que favorecía la desinhibición.
[6] La aparición del sida y su transformación en una pandemia afectó notablemente a esta clase de prácticas, sobre todo en EE. UU.