La ciudad se encuentra encajada un valle profundo en la confluencia de los ríos Idrijca y Nikova.
Hasta el siglo XVI el área estaba escasamente poblada y se encontraba bajo el control de los señores de Tolmin.
Idrija es uno de los pocos lugares en el mundo donde el mercurio se encuentra tanto en estado líquido como en sulfuro.
Los inferiores, que llegan hasta los 400 m de profundidad, se encuentran clausurados.
Ya en el siglo XVII, Valvasor, al visitar la zona, relata que tuvo que descender más de 200 m para llegar a la mina.