La pronuntiatio era la disciplina de la retórica clásica occidental que se ocupaba de la pronunciación de discursos . Es uno de los cinco cánones de la retórica clásica (los otros son inventio , dispositio , elocutio y memoria ) que se ocupan de la elaboración y la pronunciación de discursos. En literatura, el equivalente de la pronuntiatio antigua es la recitación de epopeyas (Aris. Po. 26.2.). [1]
Al igual que la memoria , el canon que se ocupaba de la memorización de discursos, la pronuntiatio no fue objeto de una extensa mención en los textos clásicos sobre retórica. Su importancia disminuyó aún más cuando la palabra escrita se convirtió en el foco de la retórica, aunque después del siglo XVIII volvió a despertar más interés en las obras de hombres como Gilbert Austin .
Los retóricos establecieron pautas sobre el uso de la voz y los gestos ( actio ) en la oratoria. Había instrucciones sobre la modulación adecuada de la voz (volumen y tono), así como sobre el fraseo, el ritmo y el énfasis del discurso. También se abordaron los aspectos físicos de la oración: la postura, los gestos, la postura y las expresiones faciales. También existía el concepto de exercitatio (o ejercicios de práctica) que permitían a los oradores memorizar sus discursos y practicar su presentación.
Este extracto de la Institutio oratoria de Quintiliano proporciona un ejemplo de los tipos de consejos que brindan los retóricos:
Si bien el contenido, la estructura y el estilo de un discurso fueron (y siguen siendo) los elementos más importantes de la oratoria, una presentación eficaz aumenta su poder persuasivo y una presentación deficiente le resta en gran medida el efecto deseado. [ cita requerida ]
La comunicación se basa en la tecnología de la época. En la época de Cicerón, la comunicación se hacía predominantemente oral. La comunicación escrita se desarrolló gracias al lenguaje escrito, y ahora la comunicación se hace tanto oral como escrita. La tecnología ha eliminado algunas de las distinciones entre la comunicación escrita y la oral. [ cita requerida ]
El discurso escrito no se volvió importante hasta que la lectura se volvió más común. Debido a que los antiguos no usaban puntuación, su escritura consistía en una larga secuencia de palabras llamada scriptio continua . Durante el proceso de edición, los retóricos modernos deben pasar por tres etapas: regla de corrección, formato y presentación. Los escritores enfrentan más problemas que los oradores porque deben ser conscientes de la ortografía, la puntuación y la gramática. La puntuación es útil en el discurso escrito porque marca el final de un pensamiento y permite al lector hacer una pausa y procesar la información. La retórica visual se centra en las imágenes y en cómo las palabras funcionan como imágenes. La presentación visual es el uso de palabras para producir imágenes mentales en la audiencia. La presentación textual permite al escritor captar la atención del lector antes de leer realmente el texto basándose en la apariencia del texto. La invención de los procesadores de texto ha permitido a los escritores mejorar la apariencia de su texto y usar efectos para poner énfasis en ciertas palabras o pensamientos. La presentación no solo se refiere al lenguaje escrito o hablado, sino también a fotografías, pinturas o películas. [2]