En un ejemplo típico, Barthes describe la imagen construida alrededor del vino tinto, su adopción como bebida nacional en Francia.
Defiende que se le ha otorgado un significado de igualdad social, asociada al proletariado.
Valora entender el mito como un tipo de discurso y lo pone en relación con las ideologías políticas.
[2] Partiendo de esta estructura, Barthes añade un segundo nivel y explica cómo, en el mito, todo el signo (la palabra) es tomado previamente como significante, al que se añade un significado social.
[3] Aunque no seamos plenamente conscientes de ello, los mitos modernos están ahí por una razón.