Si un hongo del género Cordyceps se introduce en un insecto, el micelio lo invade y termina por reemplazar los tejidos del huésped, mientras que el cuerpo fructífero elongado (el estroma) podrá adquirir diversas formas: cilíndrico, ramificado o de formas complejas.
El estroma tiene varios peritecios pequeños en forma de botella que contienen ascas.
El Cordyceps unilateralis por ejemplo, cuando un insecto es parasitado por este hongo, altera su comportamiento habitual: lo hace subir hasta la parte más alta de una planta antes de morir, liberando esporas que brotan del cadáver del insecto.
Actualmente hay empresas que cultivan cepas naturales de Cordyceps en cantidad suficiente para cubrir la demanda.
También posee oligoelementos, como zinc, manganeso, selenio, cromo, fósforo, potasio y aminoácidos.