La señora Medwin es un cuento de Henry James , publicado por primera vez en Punch en 1900. El relato satiriza con picardía a la sociedad elegante de la Inglaterra de fin de siglo . Los personajes centrales son un hermano y una hermana estadounidenses que entretienen y viven de esta sociedad, que se ha vuelto insulsa, aburrida y casi agotada.
Mamie Cutter es una estadounidense que vive en Londres . Se gana la vida introduciendo a gente cuestionable en círculos sociales de moda a cambio de una remuneración. Su inútil pero agradable medio hermano Scott Homer aparece en su apartamento en busca de una limosna.
Un caso especialmente difícil para Mamie es el de una tal señora Medwin, que aparentemente está fuera de lugar incluso para los laxos estándares de la sociedad inglesa actual. Pero Scott acude al rescate de Mamie al seducir a la presumida Lady Wantrigde para que invite a la señora Medwin a una de sus exclusivas fiestas. Mamie cobra sus honorarios y Scott se convierte en un éxito social inesperado.
En sus Cuadernos, James calificó de "cínica" su idea para esta historia, y es difícil no estar de acuerdo. Nunca James describió la alta sociedad inglesa con un tono más sarcástico que en este relato mundano sobre cómo la alta sociedad hastiada acepta cualquier cosa y a cualquier persona con tal de vivir una experiencia, aunque sea ligeramente nueva.
Scott Homer lo expresa con su habitual franqueza: "Cuanto más grandes son los bichos, más están atentos... a cualquier cosa que los ayude a vivir... Están muertos, ¿no lo ves? Y NOSOTROS ESTAMOS vivos". James le otorga a Scott el encanto suficiente para que su éxito con los "bichos" resulte creíble, y a Mamie no le importa cobrar las recompensas económicas. La brevedad de la historia (menos de ocho mil palabras) y la sencillez de estilo ayudan a que su mensaje sardónico no parezca torpe o forzado. La revista satírica Punch fue un vehículo perfecto para esta visión astringente de los círculos sociales pretenciosos.
Críticos como Clifton Fadiman , Edward Wagenknecht y Robert Gale han sido bastante amables con esta "pequeña comedia cínica", como la denominó su autor. James maneja su material con el toque más ligero, sin caer nunca en una condena torpe de la hipocresía social. El humor abundante deja claro que James no es escandalizador y es divertido.
La idea del relato surgió a partir de algunos chismes, y el producto final muestra cómo este experimentado novelista podía convertir la más mínima pista en una pequeña obra maestra. James, que mantiene la historia lo más breve posible por razones comerciales y artísticas, consigue que sus personajes queden perfectamente definidos y que su sátira sea memorable.