Dos mafiosos contra Goldginger o Due mafiosi contro Goldginger es una película de comedia de 1965 dirigida por Giorgio Simonelli y protagonizada por el dúo cómico Franco y Ciccio . Es una parodia de la película de James Bond de 1964 , Goldfinger . Fue adquirida por American International Pictures y doblada al inglés para ser mostrada en su paquete de películas AIP-TV como The Amazing Dr. G or Two Crazy Secret Agents .
Tras la muerte del agente británico James Bond , el cruel empresario Goldginger planea conquistar el mundo utilizando robots sustitutos para ser incluidos en las políticas de las distintas embajadas del mundo. En Sicilia , dos fotógrafos, Franco y Ciccio, que descubrieron el plan de Goldginger, son capturados por él porque poseen información secreta recogida por James Bond antes de morir.
Enseguida, el espectador se da cuenta de la comedia y de la ruptura con el mundo de 007. De hecho, mientras James Bond tenía licencia para matar, cuando los dos amigos sicilianos son capturados, Ciccio se presenta: "Un placer: soy Ciccio Pecora. ¡Escuela primaria!" ( Piacere: sono Ciccio Pecora. Licenza elementare! ). Goldginger, como en la famosa escena de la película original, intenta dividir a Franco y a Ciccio en dos con el rayo láser, pero los dos intentan disuadirlo de su idea. De hecho, por ejemplo, dicen que al dividirlos a los dos se convierten en cuatro partes y que luego, para el entierro, Goldginger tendrá que gastar mucho más dinero en flores y ataúdes. Ciccio tuvo que dejarle a Goldginger el secreto de James Bond, es liberado junto con Franco y así, al cabo de un tiempo, los dos amigos logran escapar con la ayuda de Marlene. Disfrazados de chamanes africanos y tras adquirir experiencia en el ejército, Franco y Ciccio están listos para enfrentarse al nuevo Goldginger en su guarida secreta: una fábrica de refrescos de jengibre.
Una reseña retrospectiva italiana afirma que Franco y Ciccio se benefician aquí de una puesta en escena de alguna manera menos fragmentaria que la de las películas en las que suelen aparecer. La misma reseña también elogia la actuación de Fernando Rey, recordando cómo el austero actor buñueliano logra retratar personajes interesantes incluso en películas de puro entretenimiento. [1]