Fue presidente y secretario general del Partido Comunista de los Estados Unidos (CPUSA).
En este nuevo sindicato también participaron otros destacados comunistas estadounidenses como Earl Browder o James P. Cannon.
Tras perder dichas luchas, Foster abandona el SNLA y se le prohíbe volver a trabajar en el sector ferroviario.
Al año siguiente es elegido como secretario general del CPUSA aunque en 1932 se ve obligado a dimitir por complicaciones de salud y le sucede Earl Browder.
Durante su mandato, Foster fue un firme defensor del PCUS y de la Internacional Comunista, defendiendo el legado de Stalin tras el polémico XX Congreso del PCUS y la intervención soviética en Hungría, ambos sucesos acaecidos en 1956.