Se dedicó a la investigación, difusión y reconocimiento de Caracas.
Trabajó como curador de la Galería de Arte Nacional, en donde organizó exposiciones como «Los Signos Habitables» (1984), dedicada a la obra de los arquitectos José Miguel Galia, Tomás José Sanabria, Fruto Vivas, Jesús Tenreiro, Jorge Castillo y Gorka Dorronsoro.
Cronista urbano, sus artículos aparecieron en diarios como El Nacional, El Diario de Caracas y en Últimas Noticias, en este último con la columna «Aceras y brocales».
Su artículo «Ideas breves anteriormente escritas a propósito de la ciudad», fue compilada por el sociólogo Tulio Hernández para el libro Caracas en 20 afectos (2001), la siguiente edición aumentada de este libro (Caracas en 25 afectos, 2012), fue dedicada a la memoria de Niño Araque.
Mantuvo una relación sentimental con el escritor y diplomático Oswaldo Trejo.