“La gente ya ni come para ver a Walter Gómez”, era el canto de la hinchada de River Plate cuando el uruguayo Walter Gómez salía a la cancha.
Tenía 76 años y llevaba una vida modesta en Argentina.
Había comenzado su carrera futbolística en Central Español, pasando luego a Nacional donde se convirtió en ídolo y deslumbró con su juego.
En 1956 pasó al Palermo de Italia y tres años después volvió a Nacional.
Una de las anécdotas que más se recuerdan de su vida ocurrió nada menos que el 16 de julio de 1950 cuando, al conocerse que Uruguay le había ganado 2 a 1 a Brasil en Maracaná coronándose Campeón del Mundo, en Buenos Aires se detuvo el partido entre River Plate y San Lorenzo para que sus compañeros lo levantaran en andas en un gesto que Walter Gómez siempre recordó con emoción.