Volenti non fit iniuria (Latín: "no se comete injusticia con quien actuó voluntariamente").
Este brocardo resume el principio de respeto por la autonomía privada.
La consecuencia es que la gente está obligada a cumplir lo que aceptó voluntariamente aunque, a ojos de terceros, la obligación asumida parezca injusta.
Sin embargo, los sistemas judiciales modernos y los Estados no consideran que el individuo pueda decidir por su propia voluntad, de acuerdo a «Volenti non fit iniuria», y consideran que son ellos los responsables por cuidar a sus ciudadanos.
Dichos Estados imponen una serie de prohibiciones que anteponen el interés común a la estricta libertad individual.