[1][2][3] El término se emplea sobre todo en relación con las violaciones realizadas en el África austral, principalmente en Sudáfrica.
Si bien no es un fenómeno que se limite solo al continente africano.
También se presenta en otros continentes de arraigada cultura machista como América o Asia.
La psicóloga sudafricana Kerry Frizelle calificó las violaciones correctivas como crímenes de odio, en los que la víctima es discriminada de forma doble por su sexo y su orientación sexual.
Entre los casos recogidos, un adolescente fue obligado a tener relaciones sexuales con su madre para «curarlo» de su homosexualidad.
[18] En el siglo XXI se han dado a conocer casos de violaciones correctivas en 'centros de conversación sexual' ligados a grupos evangélicos contra mujeres lesbianas.