Vilis Lācis

Sus novelas han sido caracterizadas como ficción popular, no siempre del gusto de críticos elitistas, pero ampliamente leídas por lectores ordinarios.

Estuvo periódicamente bajo vigilancia del servicio secreto letón debido a sus actividades políticas.

Escribió editoriales muy favorables al régimen de Ulmanis en periódicos, mientras en secreto permanecía como partidario del comunismo.

Lācis era considerado más bien una figura sin poder real, puesto que las decisiones las tomaba el Comité Central del Partido Comunista de la RSS de Letonia.

Sigue siendo con diferencia el autor letón más traducido.