Un día de suerte es una película dramática italoargentina de 2002 dirigida por Sandra Gugliotta, fue su ópera prima con guion escrito por Gugliotta y Marcelo Schapces.
Como chica anuncio, hace lo que se puede considerar un trabajo humillante: entregar flyers de comprimidos "antiestrés" a automovilistas y peatones, vestirse con trajes extraños para restaurantes de comida rápida y similares.
Durante la película, las protestas tienen lugar en las calles de Buenos Aires pero Elsa las ignora.
Sueña con huir de su empobrecido país y viajar a Italia donde un antiguo "novio", a quien ella tenía un stand de una noche con varios meses antes, dejó para mejores oportunidades.
Su novio Walter (Fernán Mirás) protestapor la idea, pero su abuelo la insta a seguir su corazón.