Las obras avanzan poco a poco hasta que en 1860 llegan a Belgrano, sobre esta base se forma en Londres la "The Buenos Aires & San Fernando Railway Company Limited", cuyos estatutos son aprobados por el Estado de Buenos Aires el 26 de mayo de ese año.Entre el 29 y 30 de agosto, la tormenta Santa Rosa provocó una creciente que arrasó con parte del terraplén, lo que llevó a la quiebra del constructor, pero el empresario Hopkins siguió a cargo de la misma hasta que caducó la concesión.Había un inmenso parque móvil a reemplazar, y el gobierno optó por ómnibus ingleses, alemanes, brasileños y holandeses, en descrédito de la industria local, que puso el grito en el cielo… y al grito se lo llevó el viento.[3] En esa oportunidad se despidió a un coche tirado por caballos que pertenecía al Tramway 11 de Septiembre.El último tranvía Que rueda todavía Se va, se va, se va Qué lástima me da Pues ya no volverá - Canción de "El Último Tranvía" de María Elena Walsh[4]
Plano de la red tranviaria de la Ciudad de Buenos Aires en 1938.