Según cálculos del Instituto Europeo para el Control y Prevención del Crimen, cerca de 500 mil personas son traficadas de países más pobres para este continente por año.
Para quien realiza este tipo de explotación, la actividad tiene bajos riesgos y altos logros.
Se sabe que esas mujeres trabajan de 10 a 13 horas diarias en el mercado del sexo, no pudiendo rechazar clientes y siendo sometidas al uso abusivo de drogas y alcohol para permanecer despiertas .Ellas acaban sin reconocerse cómo traficadas, no se dan cuenta de la grave explotación que sufren, sólo admiten que fueron engañadas.
El tráfico para fines de explotación sexual trae irreversibles consecuencias a las mujeres.
Esta última es mayor motivación por cuenta de la vulnerabilidade social y económica en que esa situación inserta las mujeres.
Se ha detectado que las personas son engañadas y traídas a Chile con promesas de trabajo, pero que luego son objeto de explotación laboral o sexual.
[2] Sin embargo, sólo el INDH se ha detectado al menos nueve casos desde que se aprobó esta ley hasta julio de 2015, en los que podría haber más de 40 personas afectadas en sus derechos en cada caso estudiado.
En consonancia con el libro "In Foreign Parts: Trafficking in Women in Israel" (En Regiones Extranjeras: Traficando Mujeres en Israel), de Ilana Hammerman, publicado en 2004, miles de mujeres son secuestradas anualmente, la mayoría de Rusia, Ucrania, Moldavia, Uzbekistán y China, y comerciadas en Israel.