Charlie Chaplin actúa como bombero, y Edna Purviance como la hija de un hombre, interpretado por Lloyd Bacon, que intenta que se queme su casa para cobrar el seguro.
Poco después se desata un incendio pero al advertir el padre que Edna se había quedado dormida en su cuarto corre a pedir ayuda.
Esta película se cuenta entre las escritas por Chaplin rápidamente, pero ya hay un esbozo de los personajes que estarán dentro del elenco permanente de trabajos posteriores.
Chaplin busca el gag original: saluda militarmente a cada puntapié que le envía su jefe, pero reacciona con vigor cuando su subalterno lo trata de la misma manera.
Se encuentra lo que aparecerá en todas las películas de la serie: las intrigas que se intercambian en el dúo de Chaplin y Campbell, en las que los personajes bajo sus distintos aspectos cobran un valor simbólico: el de la fuerza bruta es el poder con el que se daña al débil, pero éste se salva porque lucha de igual a igual con sus habilidades, sus trucos, su inteligencia.