Su función principal es la termogénesis, es decir la producción de calor en respuesta a temperaturas frías.
En los animales que hibernan, la grasa parda es la que produce energía durante el periodo invernal para mantener el cuerpo caliente y hace posible la regulación de la temperatura corporal en el proceso de despertar.
Sin embargo cada una de estas denominaciones cuenta con numerosos sinónimos lo que puede provocar confusión.
Por otra parte cuenta con mayor inervación del sistema nervioso simpático y parasimpático.
[1] En la especie humana la grasa parda está presente sobre todo en la infancia, se distribuye alrededor del hilio renal, alrededor de las arterias carótidas y el tiroides, en las axilas y en la zona situada entre las dos escápulas (interescapular).