Superlópez (película)

Sin embargo, al llegar a la órbita terrestre, la nave del niño se choca con el Hispasat y su camino se desvía: mientras la nave de Ágata se estrella en los Estados Unidos, la del niño lo hace en España, donde el pequeño es adoptado por los López, que pronto descubren que Juan tiene grandes poderes: los dos le enseñan a no destacar para que pueda tener una vida fácil.

Esa noche, un tren del metro pierde el control, y Juan logra frenarlo - sin saber que Ágata, ahora líder y propietaria de Chit, la mayor empresa de dispositivos electrónicos del mundo, sigue buscándolo.

Juan activa por accidente un mensaje holográfico de Jan, que le explica (con marionetas) el conflicto existente en su planeta.

Juan consigue encontrar a Luisa e intenta convencerla de lo que está pasando, pero ella cree que Juan está intentando cortar con ella: cuando Juan intenta demostrar que puede volar, unos artistas callejeros lo distraen, permitiendo a los hombres de Ágata secuestrar a Luisa.

Juan decide que, a pesar de todo, pretende seguir siendo normal y pasar desapercibido, pero Ágata llega y Juan se ve obligado a luchar contra su robot mecha.

Vapuleado, Juan no puede evitar que sus padres y Jaime sean absorbidos por el mecha, pero con la ayuda de Luisa consigue destruirlo y atrapar a Ágata, a la que envía a Chitón en su nave junto con uno de los actores callejeros, al que hace pasar por el "arma definitiva" mientras él se queda en la Tierra: a pesar de que la población desprecia sus esfuerzos, Juan acepta sus habilidades, convirtiéndose en Superlópez.

Oti Rodríguez en ABC le da 3 estrellas sobre 5 y define la película como «un cruce surrealista entre el sainete, el esperpento y la chirigota sobre un asunto serio (Superman) que ha perdido por completo cualquier atisbo de sensatez».