Es capaz de sobrevivir a temperaturas más bajas que otros reptiles.
Son animales longevos, llegando a vivir más de un siglo sin embargo, se reproducen lentamente alcanzando la madurez sexual a los 10 años de vida.
Al igual que otras especies de reptiles, posee un tercer ojo en la parte superior del cráneo.
Este ojo les sirve para absorber rayos ultravioletas y así producir vitamina D. Se reconocen como válidas dos subespecies:[2][4] Su estado de conservación de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza es de "Preocupación menor" desde 1996, con actualización en 2019 manteniendo dicha clasificación.
[1][5] Por otra parte, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Nueva Zelanda cree que está en peligro en la totalidad o al menos una parte significativa de su territorio.