[1][2] Como define Memoria Chilena: «Desde fines del siglo XIX, las obreras se reunían en sociedades que se preocupaban de entregar beneficios relacionados con la asistencia médica y servicios funerarios que las asociadas requerían.
No obstante, el florecimiento del movimiento obrero que se registra a partir de los primeros años del siglo XX, también trajo consigo el nacimiento de sociedades obreras femeninas y mixtas más activas políticamente, que declaraban posiciones ideológicas de corte anarquista y socialista y que se sumaron a las convocatorias a huelgas y movilizaciones populares urbanas».
[3] En estas organizaciones se da importancia a la labor de la mujer en la sociedad, se aparta la opresión imperante del machismo y de la Iglesia católica, y como dice su nombre se «socorren mutuamente» en una época de miseria y pobreza.
[cita requerida] Esta sociedad se transformó en ejemplo para la fundación de sociedades femeninas del mismo tipo en distintas ciudades de Chile, como:[1][4][5] La organización se basaba en las sociedades de obreras ya existentes, por lo que los temas religiosos estaban totalmente prohibidos.
Este veto molestó a la Iglesia católica que decidió crear la contraparte denominada Sociedad Católica de Obreras.