Entre la fauna se pueden ver el águila real y la perdicera, así como a la cabra montés, que tiene en el parque una de las familias más numerosas del país.
En este parque natural destaca sobre todo especies como el pino, la sabina rastrera, el enebro, el roble melojo, el robledo, el quejigo, la encina, el acebuche, el alcornoque, matas espinosas, matorral y plantas aromáticas como el tomillo.
Esta vegetación se ha visto en peligro por la acción del hombre, debido fundamentalmente al pastoreo, tala e incendios forestales.
Dicho cerramiento se efectua mediante una malla metálica con las dimensiones suficientes para permitir el paso de los herbívoros más pequeños.
Con ello se pretende impedir que al no haber rumiantes el terreno quede invadido por especies arbustivas y arbóreas como arces, guillomos, rosales, mostajos, tejo, arce de Granada, ponassa, quejigo, mostajo, durillo y cerezo.
Las especies mejor distribuidas por toda el área son Alytes dickhilleni, Discoglossus jeanneae y R. perezi.
En cuanto a los reptiles, Psammodromus algirus y Malpolon monspessulaus presentan la mayor abundancia de poblaciones en la zona, siendo junto a otra culebra, Elaphe scalaris las tres especies consideradas ubicuas, siendo catalogadas la mayor parte del resto como escasas.
Para Acanthodactylus erythurus, Podarcis hispánica y Psammodromus los datos acumulados indican que la Sierra de Tejeda es importante como hábitat.