Separación matrimonial
En muchos ordenamientos jurídicos, la ley no contempla la posibilidad del divorcio, por motivos principalmente religiosos o culturales (el caso emblemático es el del Derecho canónico, que ha influido bastante en muchos ordenamientos jurídicos de países de mayoría cristiana).Esta figura legal fue creada principalmente como una alternativa más restrictiva al divorcio, especialmente en países y épocas donde se encontraba una influyente oposición socialconservadora al divorcio, tanto civil como religioso.[1] Lo más habitual en un régimen de separación matrimonial, aunque puede variar en función del ordenamiento jurídico, es que existan las siguientes diferencias con el vínculo matrimonial: La principal diferencia entre la separación y el divorcio es que el matrimonio sigue existiendo.La liquidación del régimen económico matrimonial, las pensiones y custodias correspondientes, por ejemplo, las dicta necesariamente el juez.La separación de hecho, por lo tanto, es una situación fáctica, aunque a veces se le reconoce algún efecto jurídico.