La teoría de economía básica sostiene que durante los periodos de expansión económica las empresas ven aumentada su demanda, por lo que en consecuencia necesitan incrementar su capital y fuerza laboral, lo que entrega una mayor seguridad de que un trabajador conserve su empleo.
Por el contrario, en periodos de recesión las empresas ven disminuida su demanda, por lo que tienden a reducir su capacidad de producción en el corto plazo, lo que implica despidos en lo que respecta a recursos humanos.
Mientras que los gobiernos establecen leyes que prohíben los despidos injustificados o por ciertos motivos externos al desempeño del empleado, los trabajadores pueden influenciar en su propio grado de seguridad del empleo incrementando sus habilidades, ya sea a través de la experiencia o el perfeccionamiento académico con la educación por extensión, mitigando del mismo modo la obsolescencia laboral; como también trasladándose hacia un puesto de trabajo que le otorgue mayores garantías y mejores condiciones laborales.
Las instituciones con presencia de este tipo de organismos, especialmente las del sector público, son consideradas más seguras que aquellas no sindicalizadas del sector privado, que tienen una seguridad del empleo baja.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) elabora un listado por país del porcentaje de probabilidades de convertirse en desempleado para un trabajador.