Señor de Áncara

Al día siguiente el párroco Ricardo Vásquez Yacolca bendijo la imagen en acto litúrgico que tuvo como padrinos al donante Juan Pozo y a Doña Felicita Rojas.

Aunque oficialmente no hubo fiesta como actualmente se celebra, se registra la realización de las festividades de aquel año lideradas por Cirilo Solís como Alférez y Venturo Melo como Mayordomo.

El 28, día central de la fiesta se lleva a cabo la Misa solemne en la Iglesia Matriz del pueblo, y se da inicio a la peregrinación a la capilla de Ancara en procesión, los fieles cargan en hombros al cristo crucificado, luego comienza la veneración en la capilla de Ancara, se presentan los nuevos mayordomos del siguiente año (día 29), con bandas, orquestas y bailarines.

Chonguino es pues un imitador burlesco de aquellos personajes del Viejo Mundo.

Cuentan que Bolívar en una ocasión allá en Ayacucho no pudo contenerse frente a una hermosa huamanguina y en pleno minué le estampó un sonoro beso, al instante un más sonoro bofetón se oyó en medio del salón, era la mejilla del Libertador más roja que el mejor tomate del Perú.

Algunos susurros dejaban oír un: ahora Manuelita, nombre de la dama Huamanguina, te fusilan.

Pero Bolívar aprovechó el silencio para dirigirse a la concurrencia, tomando de la mano a Manuelita: señoras y señores, este gesto de la hermosa huamanguina me ha gustado, pues indica dignidad y altivez.

No se había producido aún el Waterloo de esta parte del continente, Ayacucho, pero ya el Libertador comenzaba a comprender que éste era el mejor escenario para dar la batalla final contra los conquistadores.

Creo que después de esta experiencia comprendes más a las mujeres.

El tema está registrado por la Asociación Peruana de Autores y Compositores APDAYC con el número 12428.

El disco original que lanzó a la fama el tema fue interpretado por uno de los más queridos cantantes folklóricos del centro del Perú, Víctor Alberto Gil Mallma, “Picaflor de los Andes”.

Música: Luis Alberto Gil Mallma (A «Picaflor de los Andes»)

Hoy que aún sientes el peso de la cruz Y que intentas ponerte de pie, He venido a llevarte conmigo A cargar mi peso existencial Con tu luz.

Sin embargo, has vuelto tú mesías, Descolgado, desclavado de tu cruz, Y vuelves por aquel pan de cada día, Que tanta falta le hace a la mayoría.

Antigua capilla del Señor de Áncara
La Chunguinada, en pleno concurso de danzas alegóricas al Señor de Áncara