Libertino es venerado como mártir cristiano y como el primer obispo de Agrigento, en Sicilia.
[1] Una leyenda que se cuenta de Libertino es que justo antes de morir pronunció el verso latino: Gens iniqua, plebs rea, non videbis ossa mea ("Gente inicua, gente culpable, no verás mis huesos").
Sin embargo, es más probable que el nombre derive del árabe para "Puerta de los vientos" (Bab er rijah).
[2] Libertino fue martirizado con San Peregrino, y se dice que fue apedreado o asesinado con una espada.
Libertino fue invocado en busca de ayuda en 1625 durante una plaga que afligió a Agrigento.