Habitación china

Supongamos que han pasado muchos años, y que el ser humano ha construido una máquina aparentemente capaz de entender el idioma chino, la cual recibe ciertos datos de entrada que le da un hablante natural de ese idioma, estas entradas serían los signos que se le introducen a la computadora, la cual más tarde proporciona una respuesta en su salida.Ahora Searle nos pide que supongamos que él está dentro de ese computador completamente aislado del exterior, salvo por algún tipo de dispositivo (una ranura para hojas de papel, por ejemplo) por el que pueden entrar y salir textos escritos en chino.Para los creadores del experimento ninguno de los componentes del experimento comprende el chino, y por tanto, aunque el conjunto de componentes supere el examen, la prueba no confirma que en realidad la persona entienda chino, ya que como sabemos Searle no conoce ese idioma.Esto es así en el contexto de la siguiente argumentación: Una puntualización importante: Searle no niega que las máquinas puedan pensar —el cerebro es una máquina[cita requerida] y piensa—, niega que al hacerlo apliquen un programa.Lycan usa el experimento mental de un robot humanoide llamado Harry que puede conversar, jugar golf, tocar la viola, escribir poesía y por consiguiente consigue engañar a la gente como si fuera una persona con mente.