Salón Teatro

En épocas anteriores, el edificio había servido como residencia particular, centro cultural católico y sala de cine.

[4]​ Remataba la construcción un tejado adornado con gárgolas, con iluminación natural a través de un amplio lucernario central.

[2]​ En su local comercial funcionó a lo largo del último cuarto del siglo XIX el estudio fotográfico en el que trabajaron en años sucesivos los hermanos Joseph y Adolfo Guiard, Ulysse Ferrant y Manuel Chicharro, pioneros de la fotografía artística en Galicia.

[13]​ Su propuesta inicial de una fachada en estilo ecléctico fue rechazada por la Comisión de Obras del Ayuntamiento, que la consideró discordante en el conjunto arquitectónico del casco antiguo, por lo que López de Rego optó por una solución más conservadora, regularizando los huecos originales y manteniendo el balcón del piso principal.

[8]​ Dos puertas monumentales daban acceso desde la calle al vestíbulo del edificio, donde dos escaleras conducían a los palcos y a la galería, mientras que una puerta daba paso al salón y al patio de butacas, dividido en un pasillo central y dos laterales.

[19]​ El escenario tenía cortinas de terciopelo verde y decoraciones pintadas por Camilo Díaz Baliño.

Había además cinco elegantes dependencias destinadas a oficinas y salitas de descanso en el exterior del salón.

A continuación, el programa inaugural incluyó la interpretación del O Paradis!

[29]​ El nuevo aspecto del Salón Teatro presenta desde entonces una fachada con ligeras intervenciones con respecto a la de Pons-Sorolla, que se limitan a una tonalidad ocre para realzar las pilastras, tratadas con un elegante estriado vertical, y a un discreto rediseño de las ventanas, las puertas, la taquilla y las carteleras.

La reforma permitió asimismo habilitar un nuevo vestíbulo en el primer piso, con salida al balcón que se asoma la Rúa Nueva, y un sótano para camerinos, almacenes y talleres bajo la platea.