Su formación superior en filosofía y teología la llevó a cabo en Madrid, Cuenca, Salamanca y luego, se especializó en el posgrado "vida espiritual" en la Universidad Gregoriana de Roma.
Así se lo reconocen sus paisanos y allegados, que le han homenajeado numerosas veces por su actividad humanitaria.
Como activo educador, Rosendo está presente en los eventos culturales y religiosos más importantes del país andino.
Nada que merezca la pena en la vida se consigue sin enseñanza, por eso, Rosendo apuesta por una educación basada en una "libertad responsable", basada en la reflexión crítica, que cultive la autonomía de la recta conciencia sin caer en el dogmatismo de las normas impuestas.
Así, ve imprescindible volver a rescatar y defender al lenguaje de las fauces del vulgo (lo aparente) y retornarlo al verdadero esfuerzo del concepto que exige la buena filosofía.
Para ello, antes de hablar se requiere escuchar y escuchar bien: solo hay un camino para conseguir esta tarea productiva, lo que Rosendo llama en su filosofía orientada a la vida "el trípode":