En la ópera del siglo XVII (Claudio Monteverdi y escuela veneciana), se utilizó para designar los breves interludios instrumentales que alternaban con las estrofas de un aria o enlazaban distintas secciones musicales.
En la música instrumental barroca este término adquirió un matiz distinto aplicado a los conciertos para solista y orquesta a partir de Antonio Vivaldi, en los que se utiliza para referirse a un pasaje orquestal recurrente que se interpreta al principio y al final del movimiento y se intercala entre los solos.
Este tema, interpretado por el tutti, se repetía en diferentes tonalidades, a veces también de forma parcial o abreviada.
El ritornello se diferencia de la forma rondó en que en este último el tema recurrente se repite de forma literal o al menos está en la misma tonalidad.
Fue muy común en la práctica de compositores como Bach quien aplicó esta forma musical en la fuga.