Estas orquídeas son raras y su situación se considera de vulnerables a críticas, sobre todo debido a la pérdida de hábitat.
Estos rizomas o tubérculos subterráneos son cortos y engrosados, sin raíces, que actúan como almacén de nutrientes para las orquídeas.
Cuando la orquídea se prepara para florecer, la solitaria inflorescencia surge a través de la superficie, debajo de la hojarasca, esta es terminal y racimosa.
Da lugar a una agrupación de flores pequeñas, tubulares y hermafroditas.
El fruto es carnoso, una indehiscente drupa con alrededor de 250 diminutas semillas.