Cuatro años más tarde se organizó otra en la misma zona.
Ambas empresas ofrecían un servicio más personalizado y discreto que el del taxi.
[4] Por influjo de la cultura francesa y sus voitures de petit y grande remise, el servicio tomó este nombre, que suele escribirse con las reglas del francés: remise, o bien castellanizado en remís.
Los remises, por lo general, carecen de un color o un letrero que los identifique, aunque deben exhibir una placa especial, y no se pueden abordar en la vía pública; se los solicita en una agencia o a su conductor.
El desarrollo de sistemas en red, a partir de plataformas por aplicaciones, que permite la concertación del servicio entre cliente y chofer, ha producido el crecimiento de grandes empresas internacionales en el sector, las cuales compiten con el taxi y el remís.