Medía 2,11 metros y jugaba en la posición de pívot.
Fue el segundo jugador afroamericano, tras Don Barksdale, en ser elegido para disputar un All-Star Game.
Allí jugó una única temporada, en la que promedió 17,6 puntos y 13,3 rebotes por partido, siendo el máximo anotador de su equipo,[2] por lo que fue elegido Rookie del Año y disputó el All Star de esa temporada, que fue a la postre la mejor de su carrera.
Al año siguiente fue traspasado a New York Knicks a cambio de Al McGuire, Chuck Grigsby y Connie Simmons,[3] donde jugó durante 5 temporadas y media, perdiendo protagonismo cada temporada que pasaba.
Al año siguiente se trasladarían a Los Ángeles, donde transcurrirían sus dos últimas temporadas como profesional.