Pasó su niñez en Turena, donde no destacó en los estudios.
Ingresó como paje en la corte de Enrique IV a través del conde de Bellegarde, familiar suyo que fue también su tutor.
A pesar de la animación que acompaña la vida militar, Racan se sintió más atraído por la vida campestre y solitaria, que alabará en sus Estancias para el retiro (1618) y en sus Pastorelas (en francés Bergeries).
A pesar del éxito que alcanzó, siguió apartado de la vida mundana en sus tierras de Turena.
Es autor de unas ochenta odas, estancias y sonetos.