Las laderas del arroyo Matarrubia, excavadas sobre la raña pliocuaternaria, con cárcavas activas de un llamativo color rojo.
En la zona occidental, la vegetación que cubre la ladera es un encinar-quejigar.
La zona central posee un enebral de Juniperus oxycedrus con un buen desarrollo.
Esta zona es vulnerable frente a incendios forestales y a operaciones de transformación del uso del suelo (urbanizaciones, reforestación, etc).
Por la naturaleza del suelo fácilmente deleznable, cualquier obra con movimiento de tierras puede tener efectos negativos favoreciendo la erosión.