Escritos árabes del año 1000 hacen ya referencia a las importantes producciones de quesos, vinos y carnes en Menorca.
El proceso de elaboración del queso ha sido durante mucho tiempo invariable en todos los lugares menorquines, donde se han seguido prácticas muy antiguas.
En general, la pasta tiene una textura firme, que sufre una continua evolución según el grado de maduración alcanzado.
En cuanto al queso curado, su sabor y aromas son muy evolucionados, complejos e intensos, con larga persistencia bucal.
El sabor salado se intensifica y aparece un ligero picazón, perdiéndose el recuerdo de la leche.