En esa fecha emigró a Francia, donde trabajó en un circo en el papel de forzudo; allí lo descubrió un veterano púgil, Paul Journée, quien le propuso que fuera boxeador.
Su estilo era tosco y carente de toda técnica, pero su demoledora pegada le hizo pronto ganar fama.
Apenas llegado, la mafia que controlaba el boxeo en aquella época vio en Carnera una mina de oro.
Con una adecuada propaganda, celebró casi 30 combates en un solo año, todos ellos ante púgiles de segunda fila o sobornados para dejarse ganar.
La derrota ante Maloney supuso un desengaño serio para el propio Carnera, a quien sus triunfos amañados habían hecho creer que era un gran púgil.
En febrero se enfrentó, en el Madison Square Garden, a Ernie Schaaf, campeón de la Armada estadounidense.
Está enterrado en el mausoleo familiar en el cementerio de su localidad junto a sus padres, sus dos hermanos y esposa.
La película de 1956 Más dura será la caída, que denunciaba la corrupción en el mundo del boxeo, protagonizada por Humphrey Bogart y cuyo papel supuso su última aparición en la gran pantalla, se inspiró en la historia pugilística de Carnera.