A veces, estas normas se consideran obligatorias para los usuarios, ya sean hablantes o escritores; en otras ocasiones, sólo son recomendaciones.
También se le vincula habitualmente con el purismo, que consiste en abogar por la defensa contra cualquier influencia externa en una lengua.
Aunque se escriben obras prescriptivas para esta lengua, sus autores son personas o agrupaciones privadas, sin respaldo oficial alguno.
La normativa lingüística se basa en una serie de usos expresivos que deben acatarse para hablar y escribir correctamente un idioma.
Para la determinación del concepto «correcto» se toman en cuenta los criterios de uso siguientes: [cita requerida] En ocasiones lo normativo admite diferencias según distintas variedades lingüísticas.