Puede acoplarse al calzado o formar parte de una bota que lo lleva incorporado en su base.
Este formato sobrevivió prácticamente hasta finales de siglo ya que se podía ajustar la plancha de hierro moviéndola más adelante o atrás, permitiendo abarcar varias tallas sin tener que renovar el patín.
También durante esa época el público fue ampliado hasta llegar a usarlos jóvenes y adultos, ya que dejaron no solo de ser un juguete, sino que se usaban para bailar, realizar competiciones, carreras, patinaje artístico, hockey sobre ruedas, etc.
Algunas películas como Roller Boogie popularizaron su uso, y hoy en día es una fiel representación de lo que ocurría en aquellos días.
Durante los años 90 seguían siendo populares pero decayeron, ya que el público general no mostraba interés por ellos, en el ocio, por ejemplo, y el uso de patinetes, bicicletas, monopatines, etc. era igual o mayor a áquellos.