En 1770, el belga Joseph Merlin creó unos patines incorporando cuatro ruedas dispuestas en una sola línea.
De esa misma época se tienen noticias de la primera representación, el ballet Der Maler oder die Wintervergnügen («El pintor o los placeres invernales»), en la que aparecían patinadores sobre ruedas simulando el patinaje sobre hielo.
A lo largo del siglo XIX aparecieron más modelos de patines, todos ellos con las ruedas en línea y que no permitían tomar bien las curvas.
El primer patín de tipo quad, con dos ruedas a cada lado, fue inventado por el estadounidense James Plimpton en 1863.
Más tarde se incorporaron los rodamientos en las ruedas, que disminuían la fricción y el bloque de goma usado para frenar.
Hacia el final del siglo XX fue cuando se inventaron los primeros patines in-line apropiados para el patinaje artístico.
La organización pasó a llamarse más tarde Federation Internationale de Roller Skating (FIRS).
En el programa corto se deben realizar seis elementos obligatorios: saltos —simples, dobles o triples, según la categoría—, giros —piruetas de múltiples rotaciones en diferentes posturas y sobre diferentes ruedas y un combinado (entre 2 a 5 saltos).
Se debe incluir un cierto número de giros y saltos; estos pueden ser simples, si solo se efectúa un salto, o se usa un solo pie y posición en los giros o combinados, enlazando múltiples saltos o, en el caso de los giros, con cambios de pie y/o posición.
En esta categoría no se permiten saltos ni giros con más de una rotación pero sí elevaciones.
Hay cinco maniobras fundamentales que se deben realizar al menos una vez durante el programa: En círculo, en aspa, en línea, en bloque (compuesto de 4 a seis líneas) e intersecciones.
Desde hace unos años también se ha añadido a la disciplina la competición de grupos juveniles y cuartetos.