Los primeros dos casos se confirmaron el 21 de marzo.
[1] Durante los primeros meses luego de la expansión mundial de la epidemia, Angola permaneció relativamente indemne.
Hacia mediados de marzo las autoridades establecieron el cierre de fronteras marítimas, terrestres y aéreas por 15 días.
[2] Se decretó el uso obligatorio de mascarillas, se fortaleció el sistema sanitario,[3] y se declaró el país en «estado de calamidad».
[4] Simultáneamente se impusieron medidas restrictivas a la circulación de personas, la prohibición de actos masivos y la obligatoriedad de poner a disposición del público elementos para la higiene de manos para todos los establecimientos públicos y privados.