El resultado de este proceso durante la cría se traduce en que el hijo recibe una tutela enfocada en convertirse en un "accesorio narcisista", de tal forma que, en la relación con los progenitores narcisistas, el niño existe solamente para mantener o mejorar la imagen y el beneficio de los padres.
Frecuentemente los progenitores narcisistas son personas que han sido educadas a su vez por progenitores narcisistas, que a su vez también entendían la relación familiar principalmente en términos de beneficios o cargas para su imagen narcisista de sí mismos, ejerciendo un abuso semejante sobre ellos.
El narcisismo tiende, aunque no necesariamente, a repetirse inter-generacionalmente, de tal forma que [a falta de otras fuentes de educación que tengan mayor efecto en el desarrollo del niño] los padres narcisistas inculcan su misma filosofía y producen hijos narcisistas.
[2] Mientras que los padres "suficientemente buenos" son lo suficientemente seguros de sí mismos como para permitir el desarrollo de la autonomía del niño, los padres patológicamente narcisistas pueden en cambio usar al niño como un medio para su propia glorificación.
[6] Estos rasgos llevan a los padres excesivamente narcisistas a ser muy intrusivos en algunos aspectos, y totalmente descuidados en otras facetas del desarrollo del niño.