En 1993 integró la selección juvenil que se ubicó en el 7º lugar en el Campeonato Mundial de Rugby M19.
En total jugó 48 partidos y marcó 20 puntos, productos de cuatro tries.
En dicho torneo la selección charrúa fue la única que contaba con jugadores amateurs y además integró el grupo de la muerte.
El equipo sorteó la fase europea con éxito, ayudado por el hecho de que se sancionó con puntos a 3 rivales, pero más adelante perdió en el repechaje intercontinental con Samoa.
Fue la oportunidad en que la selección llegó más lejos en su intento de clasificar a un mundial.