[2] Su trabajo interdisciplinario se centra en un punto de vista africano muy poco representado en la academia.
Su análisis sobre los estudios occidentales se basa en argumentar que, estos, se fundamentan en un análisis unilateral y universalista en el que se analiza de la misma forma las culturas occidentales y la africana, lo que supone un grave problema pues elimina cualquier crítica y análisis de la cultura propia de cada región.
También tomamos varios cursos sobre política africana que me permitieron comprender el importante papel de la colonización en la constitución del Estado en África.
Sin embargo, cuando solicité la postgrado en los Estados Unidos en la década de 1980, decidí ingresar en Sociología y no en ciencia política.
Sin embargo, el curso de sociología particular me dejó una profunda impresión en relación con los intereses que había comenzado a desarrollar en la familia como institución.
Uno de los textos más influyentes durante este período fue Mujeres, cultura y sociedad, un tomo antropológico editado por Michele Rosaldo y Louise Lamphere en la que varios eruditos afirmaron que la subordinación de la mujer es universal.
Entre sus obras más reconocidas está African Women and Feminism: Reflecting on the Politics of Sisterhood, en la que se analiza la opresión común de todas las mujeres y sus relaciones culturales e internacionales.
También Gender Epistemologies in Africa: Gendering Traditions, Spaces, Social Institutions and Identities.
[4] En esta entrega argumenta que la narrativa de la corporeidad de género que domina la interpretación occidental del mundo social es un discurso cultural y no puede asumirse sin crítica por otras culturas.