La mayoría de los organismos públicos y grandes empresas ofrecen, dentro de sus Webs, servicios virtuales a sus clientes, proveedores y empleados, relativos a diversas utilidades que sustituyen o complementan los canales tradicionales de comunicación en el acceso a información y en la prestación de servicios.
Muchas organizaciones sin ánimo de lucro involucran a voluntarios en línea en sus proyectos, confiando en ellos tareas como coordinar otros voluntarios en línea, organizar campañas o eventos, alimentar sitios de Internet, colectar datos y crear manuales, entre otros.
Gracias a la domiciliación de sociedades, se pueden reducir los gastos iniciales de una oficina física, que pueden llegar a ser muy elevados.
Cuando una persona utiliza este tipo de servicio puede, sin problemas, conducir su empresa desde otro país.
Si un empresario quiere reducir los costos y no quiere arriesgar su capital con la creación de una empresa en otro país, la «oficina virtual» puede ser una solución muy buena.