Nicolás Cotoner y de Oleza

[3]​ Sin embargo, él mismo admitía sin rubor que en su vida no había leído un libro.

[5]​ Su cuerpo fue enterrado en San Juan, primero en sepultura simple, luego como su hermano, en una monumental.

Cotoner asumió el mando de la escuadra que llegó a puerto en noviembre, muy maltrecha por el combate y las borrascas La crónica de esta campaña fue publicada aquel mismo año en Malta.

Nicolás Cotoner no reparó en medios para ornamentar con todo lujo la iglesia de San Juan.

Ambos tuvieron corta hoja de servicios en combate naval, pero suficiente para que se les reconociera su coraje.

Para empezar, al año de gobierno, impone el máximo rigor en las galeras.

Los puntos débiles que observó en el Gran Puerto le hicieron concebir un plan de dimensiones descomunales.

Lo hizo haciendo una importante donación y le secundaron el caballero Giovanni Ricasoli –en agradecimiento al cual se dio su nombre a uno de los nuevos fuertes–, y el Prior de Navarra Galdiano.

[9]​ Rafael Cotoner en 1662 puso la primera piedra de la nueva Sacra Enfermería.

En 1667 se mandó al procurador de la Orden en Mallorca que enviase el dinero necesario para hacer los pabellones y, sobre la fundación del Gran Prior Verí, se cargó el coste de las cortinas blancas.

En su testamento establece el pago a perpetuidad del lector de medicina.

Busto de Nicholas Cotoner en la Concatedral de San Juan (La Valeta)