Nicholas Hooper

Nicholas Hooper consiguió mayor repercusión gracias a que compuso la música para Harry Potter y la Orden del Fénix, el director de dicho largometraje David Yates lo eligió personalmente, y fue muy imperativa su participación para el director.Hooper declinó su participación para las últimas dos entregas de Harry Potter, declarando que «quería pasar más tiempo con su familia», sin embargo el compositor no se alejó del todo, ya que siguió componiendo para obras menores.Ambos compositores adoptaron una técnica similar para estas secuencias otorgándole valor narrativo a un instrumento.[4]​ Las principales diferencias estéticas con su par norteamericano radican primero en su uso de los temas: a diferencia de sus predecesores Hooper no crea una identidad temática tan prominente en lo melódico, sus temas apuntan más a progresiones armónicas y figuras como el ostinato rítmico.[5]​ Webster comenta que los parecidos con el trabajo de Doyle son más escasos: al igual que el escocés, Hooper suele crear música con menos peso temático, sobre todo cuando funciona como música incidental y opera por debajo diálogos.[11]​[12]​ El estilo de Hooper se inclina por plasmar climas ominosos y evidencia cierto toque minimalista, el cual se ve en las piezas musicales que contienen largos fragmentos con vibraciones de cuerda apenas perceptibles,[4]​ las cuales no describen ninguna melodía en particular.