[1] El nombre que recibe este lagarto refleja su apariencia: las dos grandes púas en su cabeza dan la ilusión de un dragón o un demonio.
El nombre Moloch se usaba para una deidad del antiguo Oriente Próximo, generalmente representada como una estatua de bronce con fuego en su interior, dentro del cual se arrojaba a las víctimas.
Cuando llueve, o simplemente hay humedad en el ambiente, el agua que cae o se condensa sobre la piel de este lagarto conducida por capilaridad hasta su boca.
[4] A pesar de su aspecto, es totalmente inofensivo.
Si se adapta a zonas urbanas suele romper las baldosas de las ciudades.