Miguel de Andrés
Sin embargo, quien finalmente fichó a De Andrés fue el Athletic Club.Iñaki Sáez, entrenador del juvenil nacional del Athletic, en un partido contra el Pamplona, ordenó a su delantero centro que marcase al líbero De Andrés.Después de ese partido, su fichaje por el Athletic no tardó en llegar.Tras dos años en el Bilbao Athletic, en Tercera División y en Segunda B, el club bilbaíno cedió al Castellón a un De Andrés de veintiún años, para que se foguease en la Segunda División durante la temporada 1978-79.Helmut Senekowitsch, quien se había hecho con las riendas del Athletic tras su exitosa participación como seleccionador austriaco en el Mundial de Argentina 78, pragmático como todo buen entrenador, no se fijó en el carné de identidad del rubio navarro e inmediatamente le brindó la titularidad en un equipo plagado de ilustres nombres.Sus buenas actuaciones a las órdenes de Senekowitsch hicieron que el seleccionador español, José Emilio Santamaría, se fijase en aquel joven para la selección olímpica española, que lograría disputar los Juegos Olímpicos de Moscú.Solía comentar que “todos los entrenadores me han hecho una faena y, por eso, deportivamente he perdido mucho”.La derrota abultada, dolorosa en sí, no fue la causa del cese, sino las declaraciones previas al partido en las que el austriaco decía conformarse con perder por la mínima.El Athletic se clasificó, jugando un gran fútbol, cuarto en la competición liguera y Miguel de Andrés realizó, desde su debut como rojiblanco, su mejor campaña.Desde los inicios de la liga 82-83 se vislumbraba un equipo campeón, y así fue.El manejo del balón, por igual, con ambas piernas, hacía que sus innumerables robos de balón y consiguientes aperturas o pases en corto fuesen ejecutados magistralmente en todas las zonas del mediocampo.Los aficionados de San Mamés nunca olvidarán, por ejemplo, sus dos golazos desde fuera del área a Tommy N´Kono.fue igualadísima, pero otra vez más se decantó a favor del equipo extranjero.Esta temporada empezó para Miguel de Andrés muy mal y acabó peor.Iribar, respaldado por el presidente Aurtenetxe, apartaba temporalmente a De Andrés del equipo.En el minuto 14, De Andrés hacía una falta sobre Ricardo Gallego, quien cayó sobre la rodilla del navarro, produciéndole una gravísima lesión.[2] Nada más retirarse el Athletic Club le dio trabajo en Lezama, donde suele ejercer como ojeador.